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UNA EXPERIENCIA SENSORIAL

¿Que conocemos de nuestra sexualidad?

EL MASAJE TÁNTRICO...

Es un tipo de masaje sensitivo general y localizado genital que tiene el objeto de "despertar la energía" en un ambiente íntimo y como forma de meditación en el propio cuerpo.

Los hindúes describen el tantra como el proceso para lograr un crecimiento personal a través del placer. El masaje tántrico se basa en la creencia de que si te encuentras sexualmente feliz y relajado, tu salud será mejor. Es por tanto un masaje que tiende a buscar el placer y que puede provocar el orgasmo, aunque no se trate de su principal objetivo. Aunque el masaje tántrico NO involucra relaciones sexuales, implica el masaje de las zonas intimas, de los órganos sexuales, por lo que es uno de los masajes más íntimos que podemos encontrar.

El orgasmo intenso, llamado también total

No es el más común pero su resultado es explosivo y los hombres que lo hayan experimentado lo sabrán porque no habrán podido olvidarlo. Se produce cuando tras distintas formas de estimulación, preliminares, se experimenta un cosquilleo intenso desde la cabeza hasta los pies, pasando por sus genitales. Este tipo de orgasmo normalmente es más intenso y duradero que el habitual, dejando al hombre incluso sin habla durante unos segundos. Se le denomina orgasmo total precisamente porque no sólo queda en la zona genital, sino que se extiende por todo el cuerpo.

DESNUDEZ

Desde la desnudez física podremos conectar con nuestra esencia y experimentar que todos los seres humanos somos igualmente sexualizados y, esta experiencia nos guiará hasta nuestra dimensión trascendente,  siendo consciente de nuestro cuerpo dejándonos llevar por la magia y sutileza del Tantra.

La próstata, además de ser una glándula esencial para el sistema sexual y reproductivo masculino, es un centro de placer erótico que merece una atención más esmerada. Quienes practicamos la sexualidad sagrada – como el Tantra y el Taoísmo – la próstata es capaz de ayudar a generar un orgasmo masculino totalmente distinto al que se produce de manera más convencional.

Hay diferencias físicas y emocionales entre ambos tipos de orgasmo.

El punto G masculino (glándula de la próstata) es el centro nervioso emocional de la vida y de la sexualidad de un hombre. Es su centro de sensaciones no sólo para sus deseos sexuales, sino también para sus decepciones, odios, hostilidades, tensiones, y sensaciones de insuficiencia,

 

 

EL MASAJE LINGAM

 

Puede ocurrir descargas de energía indescriptibles, nuevas experiencias orgásmicas que conducen a los orgasmos múltiples con o sin eyaculación, y por supuesto una extraordinaria expansión de la energía. La eyaculación no es el objetivo del masaje lingam aunque suele ocurrir, y es beneficioso, para el relax testicular. Con el desarrollo sistemático y continuo del método, el hombre amplía su sensibilidad sensorial y la intensidad de placer, cada vez con más frecuencia experimenta orgasmos secos y múltiples, y aumenta el tiempo de la erección, la flexibilidad y el aumento de pene (longitud y anchura).

EL ORGASMO PROSTÁTICO – EL PLACER MÁXIMO...

En primer lugar se debe diferenciar orgasmo y eyaculación.

“El Orgasmo es energético, la sensación subjetiva de placer que el hombre siente luego de una fase de excitación máxima que se denomina “meseta”, y que fisiológicamente está acompañada por una serie de contracciones de un grupo de músculos denominados “Pubococcígeos”, los cuales se encuentran en la base del Pene y el Perineo (la zona ubicada entre el ano y los genitales).” Mientras que la  Eyaculación es la expulsión del semen.

La Eyaculación a su vez se divide en dos fases: la fase de inminencia o emisión y la de inevitabilidad o expulsión. Durante la fase de inminencia el semen se deposita en la base de la Uretra y el varón siente un cosquilleo en su pene que anuncia la llegada de la eyaculación.

Aclarado esto, veamos cómo funciona en el varón como receptor (pasivo). El hombre receptivo sustituye su forma de sentir placer por otra, ya que su pene pasa a un segundo plano y no interviene como protagonista de la relación. Esto no quiere decir que no desee eyacular. Desde luego que lo hace; pero la relación para él no tiene como objetivo primario la eyaculación, ya que su necesidad principal es sentirse penetrado.

Por eso, la finalidad principal, (desde el punto de vista de la genitalidad) es dejarse penetrar, y la eyaculación es una consecuencia de la penetración. Eso no quiere decir que la busca por vía directa.

Al ser penetrado,  el pene de su compañero sexual hace "tacto" con la próstata, sumando al placer de la propia penetración y demás estímulos, pueden hacer llegar al receptor, a orgasmos tan o más intensos como los que acompañan a una eyaculación. Durante una relación puede sentir varios orgasmos, sin expulsión de semen, y si la excitación se mantiene o aumenta permite seguir experimentando este placer. A esos orgasmos que se tienen, sin expulsión de semen, se les llama generalmente “orgasmos secos” u “orgasmos prostáticos”.

Según experiencias de varones como receptores, se presenta como el placer intenso que se da en el instante antes de la eyaculación (fase de inminencia). Se siente así, ese mismo placer, pero sin término. Se mentiene en la fase de inminencia, por más tiempo, esta es la sensación que se produce con el masaje  en estimulación de la próstata, generando varios orgasmos secos en el paciente.

En este sentido es bueno destacar, que los hombres podemos ser “multiorgásmicos”.

Eso nos lleva a poder disfrutar de una manera muy intensa la relación.

El hombre en acto de penetrar (activo), sin practica tantra generalmente  tiene un solo orgasmo asociado a la eyaculación, ya que su sexualidad esta limitada al meneo de su pene dentro de su compañero sexual.

En la experiencia del tantra se redescubre la sexualidad al incorporar las caricias en las zonas erógenas de energía sexual, concentrándose el varón que penetra en la sensibilidad de su glande haciendo tacto en la próstata de su compañero.

Las caricias se cruzan e interactúan en todo el cuerpo de forma sensitiva. De tal modo que la dupla llamada activo y pasivo no tiene sentido, ya que ambos participan activamente en la experiencia placentera de una sexualidad total integrada, esa es la danza del tantra en la relación sexual, llamada "Maituna".

Masajes tántricos para aumentar el placer

Se combinan técnicas tradicionales con ejercicios de respiración y relajación. Un camino para descubrir nuevas zonas erógenas. 

 

Disfrutar con cada centímetro del cuerpo, maximizar el placer y no perseguir ningún fin. Ésos son tres de los principios regentes del tantra. Si bien se ha escrito y hablado mucho sobre esta forma de vivir el encuentro sexual, a veces resulta complejo poder bajar a tierra esta visión.

Un primer paso para poder acercarse a este tipo de experiencia es aprender a tocar al otro de un modo diferente; haciendo hincapié en favorecer la consciencia del cuerpo para obtener más placer, tanto a nivel físico como psíquico. Ése es el principio del masaje tántrico de Cachemira, una práctica que nació en el norte de la India y que, hace 5.000 años y siguió perfeccionada por los Siddhas o sabios que habitaban el valle del Indo.

“Se trata de una experiencia sensorial que explora el camino del bienestar y del intenso placer mediante maniobras según la tradición, hechas con respeto, dulzura, delicadeza y sensibilidad. Todo el cuerpo es masajeado meticulosamente, de la cabeza a los pies; porque para el tantra el cuerpo en su totalidad es altamente erógeno”, solo necesita ser despertada su energía sexual, (detallan desde el espacio Masajes para el Alma).

El objetivo de este tipo de masajes es ofrecer un nuevo camino para lograr una mayor expansión de la conciencia con el fin último de “alcanzar el bien estar total, es decir tanto a nivel físico, emociona y espiritual”, (remarca Maximiliano García, instructor de yoga tantra) . 

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